El “Día de la Raza” lo inventó un español para conmemorar la llegada de Cristobal Colón al “Nuevo Mundo”. Siendo presidente de la Unión Iberoamericana, Faustino Rodríguez-San Pedro impulsó esta idea en 1913 con la “buena intención” de estrechar los lazos que unen a España y América. En los años sucesivos, la mayoría de los países hispanohablantes adoptó la “celebración” del 12 de octubre como Día de la Raza.
La idea era recordar para siempre que en 1492 Europa “descubrió” América, pero nunca estuvo muy claro a cuál “raza” se refería el nombre de la efeméride. Desde la óptica americana algunos interpretaron que se trataba de la nueva identidad que, producto del mestizaje y el sincretismo cultural entre blancos, negros e indios, dio lugar a una especie de “raza americana”. Desde el otro lado del Atlántico (aunque también de éste) otros aseguraban que aludía a la “raza española” que finalmente se impuso sobre las demás “civilizando” buena parte del continente. La verdad es que el término “raza” ha entrado en desuso, entre otras cosas porque no existen razas puras y porque además de procesos de mestizaje histórico nada significan expresiones como “raza española” o “raza americana”.
Después de pasar medio siglo celebrando el colonialismo americano como si de una bendición se tratara, algunos países han ido notando la pobreza ideológica y el carácter colonialista de la expresión “Día de la Raza”. Entonces le han dado otros nombres y nuevos significados. Es así como en Costa Rica cambió a “Día de las Culturas” en 1994; en Bolivia Evo Morales lo llamó “Día de luto” en 2009 y después lo decretó como "Día de la Descolonización"; y en Argentina el de Día de la Raza hoy se llama “Día del respeto a la Diversidad Cultural”. Incluso España, en 1958 ya había cambiado el término por “Fiesta de la Hispanidad".
En Venezuela, desde el 2002 fue cambiado por decreto presidencial a “Día de la Resistencia Indígena”. Es una manera de recordar algo invisible para las mentes todavía colonizadas: A pesar de 500 años de asesinatos, exterminio, saqueo, imposición y políticas “civilizatorias” que sólo ofrecían asimilación cultural, todavía existen indígenas en nuestro territorio. Existen y resisten. Y gracias a la Constitución Bolivariana de 1999 hoy son ciudadanos con todos los derechos culturales, económicos, políticos y sociales, sin dejar de ser indígenas.
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