jueves, 19 de mayo de 2011

A los acampantes del "Mayo Español"


A los acampantes del "Mayo Español"

La conciencia social y la conciencia política son cosas que ocurren como un despertar liberador del individualismo. Y cuando ese despertar es colectivo inmediatamente se vuelve contagioso. Lo que comenzó en la Puerta del Sol de Madrid como una pequeña concentración después de una marcha, en dos días se convirtió en fenómeno multitudinario que se extendió a las principales plazas de Barcelona, Valencia y Tenerife.

A las primeras de cambio los medios españoles trataron de ignorar o minimizar la protesta, pero no pudieron impedir que las fotos, las consignas y las pancartas llegaran a los noticieros y primeras planas del mundo. El movimiento pacífico y con visos de catarsis social recuerda al Mayo Francés en sus expresiones festivas y creativas: “Contra el PIB felicidad interior bruta"; "La revolución estaba en nuestros corazones y ahora vuela libre por las calles".

A muchos desconcierta la ausencia de líderes visibles, ideología definida, partidos políticos u objetivos precisos. Pero las preguntas más importantes no son qué quieren o qué pasará después, sino qué está pasando ahora mismo en las plazas y en cada manifestante.

Alguien decía por Twitter que “La última vez que una protesta ciudadana, unas elecciones municipales y la Puerta del Sol se cruzaron, llegó la II República”. Ojalá el despertar alcance para que los hermanos españoles dejen de ser súbditos de reyes, de partidos y del poder del dinero.

Desde esta trinchera mínima vaya un saludo impregnado de solidaridad y simpatía.

Compañeros acampantes:
Desde el otro lado del Atlántico, da gusto sentir sus latidos y escuchar sus voces de indignación. Palabras sencillas de gente sencilla que van desarmando la publicidad del "1er. mundo" como cúspide del desarrollo y la civilización.

Dicen los viejos manuales que no existe praxis revolucionaria sin teoría revolucionaria. También dicen los ateos que es producto del azar la perfección. Y los taxónomos de la política dicen que el unicornio sólo es un animal mitológico. Otros creemos que el deseo profundo de cambiar el mundo ¡PERO YA! es el único poder capaz de engendrar revoluciones.

Mientras los partidos los miran con envidia, mientras la Junta Electoral debate si es o no es legal su modo pacífico de protestar, no olviden que ustedes son poder constituyente en lucha contra el poder constituido. Puede ser que una protesta no cambie el mundo; pero cualquiera que sea el desenlace, el despertar de miles de conciencias ya lo cambió.

Caracas – Venezuela

Leander en construcción


Avanza la reconstrucción del buque insignia de la Expedición Libertadora que en 1806 inició la Guerra de Independencia contra el Imperio español. A diferencia del Leander original, que era de origen escocés y hecho de roble, su replica se hace con tecnología, madera y mano de obra nacional. Hace cinco años propusimos construirlo de este modo como desagravio histórico y el mejor homenaje que podía hacérsele a Francisco de Miranda; quien pasó la mitad de su vida buscando apoyo en el extranjero para libertar a su patria, pero el día que al fin regresó no fue bienvenido por causa del miedo inoculado al pueblo.

En el corazón del Parque Generalísimo Francisco de Miranda se instaló el taller de carpintería naval a cielo abierto. Improvisado astillero donde el arquitecto naval Eduardo Kámenar encabeza un calificado equipo de carpinteros, herreros y técnicos navales. Figura el maestro Ascensión Díaz en cuyas curtidas manos septuagenarias el Leander va tomando forma. De niño aprendió el oficio de su padre que a su vez lo aprendió de su abuelo. Conoce tan bien las distintas especies de madera que no solo las distingue por el color sino por los olores. Cuando vi al maestro Ascensión conversando apasionadamente con el Dr. Elio Reyes del Laboratorio Nacional de Ingeniería Forestal de la ULA, y a cada uno admirado del conocimiento del otro, al fin comprendí eso que llaman “diálogo de saberes”.

De algarrobo será la estructura, de teca el casco y las cubiertas y de saqui saqui algunas partes del mobiliario. Maderas fuertes y nobles como aquel pueblo del mundo que viajando a bordo del Leander izó la primera bandera, navegó bajo juramento y conformó el primer Ejército Libertador de Nuestra América. Fuerte y noble como el pueblo heredero de libertadores que hoy navega en otra revolución que el 5 de julio celebrará 200 años del día que nació la Patria. Nacimiento que fue gestado cinco años antes a bordo del Leander.

¿Por qué tanto empeño en reconstruir un viejo barco de hace dos siglos? Porque servirá de antídoto contra dos enfermedades de alto riesgo: la ignorancia de lo que no se debe desconocer y la mala memoria. Porque el Leander nos ayudará a recordar el momento en que comenzamos a dejar de ser otros para ser nosotros. Porque reconstruyendo las piezas claves de nuestra historia, también se construye el rompecabezas del futuro.