jueves, 19 de mayo de 2011

Leander en construcción


Avanza la reconstrucción del buque insignia de la Expedición Libertadora que en 1806 inició la Guerra de Independencia contra el Imperio español. A diferencia del Leander original, que era de origen escocés y hecho de roble, su replica se hace con tecnología, madera y mano de obra nacional. Hace cinco años propusimos construirlo de este modo como desagravio histórico y el mejor homenaje que podía hacérsele a Francisco de Miranda; quien pasó la mitad de su vida buscando apoyo en el extranjero para libertar a su patria, pero el día que al fin regresó no fue bienvenido por causa del miedo inoculado al pueblo.

En el corazón del Parque Generalísimo Francisco de Miranda se instaló el taller de carpintería naval a cielo abierto. Improvisado astillero donde el arquitecto naval Eduardo Kámenar encabeza un calificado equipo de carpinteros, herreros y técnicos navales. Figura el maestro Ascensión Díaz en cuyas curtidas manos septuagenarias el Leander va tomando forma. De niño aprendió el oficio de su padre que a su vez lo aprendió de su abuelo. Conoce tan bien las distintas especies de madera que no solo las distingue por el color sino por los olores. Cuando vi al maestro Ascensión conversando apasionadamente con el Dr. Elio Reyes del Laboratorio Nacional de Ingeniería Forestal de la ULA, y a cada uno admirado del conocimiento del otro, al fin comprendí eso que llaman “diálogo de saberes”.

De algarrobo será la estructura, de teca el casco y las cubiertas y de saqui saqui algunas partes del mobiliario. Maderas fuertes y nobles como aquel pueblo del mundo que viajando a bordo del Leander izó la primera bandera, navegó bajo juramento y conformó el primer Ejército Libertador de Nuestra América. Fuerte y noble como el pueblo heredero de libertadores que hoy navega en otra revolución que el 5 de julio celebrará 200 años del día que nació la Patria. Nacimiento que fue gestado cinco años antes a bordo del Leander.

¿Por qué tanto empeño en reconstruir un viejo barco de hace dos siglos? Porque servirá de antídoto contra dos enfermedades de alto riesgo: la ignorancia de lo que no se debe desconocer y la mala memoria. Porque el Leander nos ayudará a recordar el momento en que comenzamos a dejar de ser otros para ser nosotros. Porque reconstruyendo las piezas claves de nuestra historia, también se construye el rompecabezas del futuro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario