
Hoy explicaremos el término que da nombre a este blog. Como conocedor de la cultura griega y seguramente inspirado en el término “Politeia” utilizado por Platón, Francisco de Miranda inventó la palabra “Colombeia” para denominar su monumental archivo de 63 tomos. Contiene documentos sobre numerosos temas, cientos de cartas enviadas y recibidas, sus diarios y notas personales.
La Colombeia viene siendo una especie de atlas universal o “enciclopedia de autor” que contiene información de primera mano en castellano, inglés y francés sobre literatura, teatro, música, arte, arquitectura, ciencias, derecho, economía, comercio, agricultura, historia, artes militares, filosofía y política. Recoge los acontecimientos que a finales del siglo XVIII cambiaron el orden mundial, como la Guerra de Independencia de los EEUU y la Revolución Francesa. Contiene también curiosidades como un instructivo para el mantenimiento de las flautas, numerosas partituras, el relato de una boda griega y catálogos de los libros que compraba en cada país que visitaba. La diferencia con cualquier otra enciclopedia es que todo lo que allí aparece fue vivido o conocido personalmente por Francisco de Miranda.
El término Colombeia ha sido traducido como “papeles relativos a Colombia”; pero es, en su conjunto, la mejor autobiografía de quien dedicó su vida a la causa de la libertad y unidad de Nuestra América. Una traducción más apropiada a nuestro parecer, sería “legado para Colombia”, porque los papeles de Miranda son los papeles de América. La herencia del primero de nuestros libertadores, todavía ignorada por la mayoría de los americanos.
A menudo se confunden los términos Colombeia y Colombia. Ambos ideados por Miranda. El primero para su archivo y obra escrita; el segundo, como un nuevo nombre del continente por libertar que se extendía desde México a la Patagonia. Paradójicamente, hoy le sigue dando nombre a una porción de América Latina que todavía espera ser liberada, esta vez, de las garras de otro imperio.
Más de un siglo estuvo extraviado el archivo de Francisco de Miranda hasta que en 1922 un historiador inglés encontró intactos los 63 tomos de la famosa Colombeia. Estaban en la biblioteca familiar de un antiguo ministro de Guerra de Inglaterra, donde habían ido a parar después de ser confiscados en la aduana de Curazao en 1812. El archivo no pudo ser capturado por los españoles debido a que había sido embarcado en un buque inglés anclado en la Guaira un día antes de que Miranda cayera prisionero. Fue así como la Colombeia se salvaría para la posteridad.
Gracias a las gestiones realizadas por Caracciolo Parra Pérez en 1926, el Gobierno de Venezuela compró el archivo por 3.000 libras esterlinas, cumpliendo así la voluntad de Miranda expresada en su testamento previo a la Expedición Libertadora de 1806: “…todos los papeles… se enviarán a la ciudad de Caracas… a poder de mis deudos, o del Cabildo y Ayuntamiento, para que colocados en los Archivos de la Ciudad testifiquen a mi Patria el amor sincero de un fiel Ciudadano y los esfuerzos constantes que tengo practicados por el bien público de mis amados compatriotas”.
Estas palabras dejan ver que Miranda era consciente del valor documental y testimonial de la Colombeia y la veía como memoria de su propia vida. Lo que no imaginaría es que dos siglos después la UNESCO le otorgaría el título de Memoria del Mundo “por su valor excepcional que debe ser preservado para beneficio de toda la humanidad”. Resulta paradójico que Venezuela tenga un Patrimonio mundial prácticamente desconocido por los venezolanos. Una maravillosa fuente primaria de cultura general, historia, ideología y pensamiento político latinoamericano y universal que sólo es del dominio de algunos historiadores.
De la Colombeia se han hecho dos ediciones difíciles de conseguir: “Archivo del General Miranda” y otra totalmente traducida al español pero todavía inconclusa, con el nombre de “Colombeia”. ¿Qué pasaría si todos los niños de Venezuela pudieran contemplar alguna vez esos misteriosos libros con los documentos que Miranda escribió, preservó y organizó con sus propias manos? Seguramente se interesarían en conocer su contenido. Descubrirían que, hace más de 200 años, comenzó en Venezuela el proyecto piloto de un mundo nuevo.