jueves, 20 de enero de 2011

Regalos para el Parque


Actualmente llamado Generalísimo Francisco de Miranda, el Parque más importante y concurrido de Venezuela está cumpliendo 50 años. Todavía inconcluso fue inaugurado por el presidente Rómulo Betancourt en 1961 como “Parque Nacional del Este”. Por esta razón se encargó su vigilancia a la Guardia Nacional y se encargó construir un cuartel que no estaba previsto; siendo la seguridad de un parque urbano una actividad más apropiada para la policía. Posteriormente el parque cambiará a Parque Recreativo pero nunca cambió su custodia. Un buen regalo de cumpleaños sería transferir la responsabilidad de su seguridad a manos de la Policía Nacional, replicando el éxito que ha tenido en el Metro de Caracas.

Es una obra maestra del paisajismo diseñada por el artista brasileño Roberto Burle Marx. En su proyecto y construcción participaron los arquitectos Carlos Guinand, Fernando Tabora, John Stoddart y el botánico Leandro Aristiguieta. Por esta belleza paisajística junto a sus elementos de valor cultural e histórico el Parque fue declarado como Bien de Interés Cultural y hay quienes consideran que reúne méritos suficientes para llegar a ser Patrimonio de la Humanidad. Sin embargo, esto no significa que sea intocable, porque el propio Burle Marx sabía que hasta el crecimiento de las plantas alteraba el diseño original. Otro regalo para el parque sería que algunos arquitectos hipercríticos de oposición comprendan esto.

Además del desgaste natural del tiempo a menudo acompañado de ineficiente mantenimiento (algo de lo que se quejaba Burle Marx cada vez que retornaba a Venezuela) el parque ha sufrido los rigores del uso intensivo y del mal uso. Últimamente ha mejorado mucho el mantenimiento y varios organismos trabajan por la recuperación total de sus instalaciones y servicios. Ese es el más merecido regalo para un parque que nos ha dado y nos sigue dando tanto.

El Parque del Este, como se le conoce, es parte de los recuerdos de infancia de muchos venezolanos. ¿Quién no ha navegado en sus botecitos, ¿quién no ha disfrutado de su fauna y su exuberante vegetación?, ¿quién no ha disfrutado algún espectáculo en la Concha Acústica? En casi todos los álbumes familiares hay alguna foto a color o en blanco y negro del Parque. Allí está su generosa historia. El mayor regalo que los ciudadanos podemos darle es tratarlo con amor.

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