martes, 30 de noviembre de 2010

México lindo y querido


Como otros países hispanoamericanos, México celebró este año el Bicentenario del inicio de su Independencia. También celebró, el pasado 20 de noviembre, el Centenario de una Revolución que intentó culminar sin éxito, lo que la guerra independentista dejó inconcluso. Los fastuosos festejos estuvieron marcados por la paradoja de ver a los vencedores reivindicando a los vencidos. Entre tanto, fuertes medidas de seguridad delataban el miedo oficial a una nueva rebelión popular.

En 1810, un sacerdote que se carteaba con Francisco de Miranda, llamado Miguel Hidalgo, se unió a la conspiración contra el régimen colonial. El 16 de septiembre, desde el campanario del pueblo de Dolores, tras un encendido discurso lanzó el célebre grito cuyo eco retumba hasta nuestros días:¡Viva la América y muera el mal gobierno!. Tras dirigir una rebelión mayoritariamente indígena Hidalgo fue capturado, juzgado, condenado a muerte y maldecido por la Inquisición. México sella su Independencia de España en 1821 (el mismo año en que la Batalla de Carabobo selló la de Venezuela), pero no mejorarán las condiciones de las mayorías hasta el arribo a la presidencia, en 1858, de un indígena zapoteca llamado Benito Juárez.

Pese a sus intentos fallidos de libertad, México es potencia cultural y artística de Nuestra América. Su arquitectura y escultura prehispánica deslumbró a los conquistadores; fue cuna del movimiento muralista más importante del continente; meca del cine antes que Holywood y origen de múltiples géneros musicales y dancísticos que trascienden sus fronteras. Ha sido una barrera cultural contra la colonización ideológica de los EE.UU. Sin México seríamos más agringados de lo que somos, gracias a México somos más latinoamericanos. En la cultura colonialista que todavía subsiste se instauró la dominación, pero en la cultura popular de herencia milenaria están las claves de su liberación.

En este año Bicentenario y Centenario México enfrenta el desafío de volver a encender la llama que portaron hombres como Hidalgo, Morelos, Juárez, Villa o Zapata; hoy representada en su presidente legítimo Andrés Manuel López Obrador. Porque México merece un destino mejor que el fraude neoliberal que lo desgobierna. O como alguna vez dijera el sub Cdte. Marcos: Cada quien tiene su propia pesadilla, y en esa propia pesadilla uno tiene que decir YA BASTA.

martes, 2 de noviembre de 2010

Un parque con corazón


Aunque era agosto 2011 ese sábado el cielo parecía decembrino y hacía más verde un Ávila totalmente despejado. Al ver estos colores a Pedro se le ocurrió una idea que sintió genial: ¡Vistamos a los niños que nos vamos al parque! Su esposa le recordó que los 50 bolívares que quedaban de la quincena no alcanzarían para ningún paseo. No te preocupes -respondió sin dudar- llevaremos merienda y gastaremos menos que eso.

Llegaron en metro y al entrar un agente de la Policía Nacional del Comando que custodia el parque los saludó con una sonrisa. A pocos pasos un zanquero vestido de arlequín les anunció la obra que en pocos minutos comenzaría en las inmediaciones de la Concha Acústica.

Terminada la presentación se dispusieron a ir al Planetario por lo que abordaron el trencito gratuito que los llevó en un bonito recorrido por esta joya del paisajismo moderno. En el trayecto, una agradable voz femenina narraba la historia del lugar, su valor patrimonial como Bien de Interés Cultural, los servicios que ofrece y recordaba algunas normas para su cuidado, porque “el Parque es de Todos”. Ya en el Planetario, por apenas 14 bolívares, entraron a la función que por 40 min. los transportó en un interesantísimo viaje de a través del espacio.

Al salir, se sentaron bajo la sombra de un frondoso apamate para disfrutar los sanduchitos y una refrescante ensalada de frutas que mamá había preparado. Continuaron rumbo al Lago grande que exhibía una flota de botes nuevecitos. Durante media hora los cuatro se divirtieron navegando por el lago y sólo pagaron la mitad de la tarifa, porque el servicio era gratuito para niños menores de 12 años y personas de la 3era. edad.

De allí se dirigieron al majestuoso Leander que parecía flotar en el mismo lago. Por el muelle que los fue transportando 200 años al pasado ingresaron a la cubierta cubierta principal. Pudieron ver y tocar réplicas de nuestra bandera madre, la primera imprenta que llegó a Venezuela y los cañones. Recorrieron el camarote del General Miranda y estando a bordo del barco sintieron lo que la valentía de un puñado de patriotas es capaz de hacer por un ideal de Libertad. Salieron conmovidos de lo que acababan de conocer y muy orgullosos de ser venezolanos.

“Este fue uno de los mejores días de mi vida”, comentó de regreso a casa, el pequeño Sebastián a sus padres.