martes, 29 de marzo de 2011

El Imperio está desnudo


El Imperio está desnudo y nadie se atreve a decírselo. “Nadie” excepto algunos enfants terribles de la política periférica como Hugo Chávez, Evo Morales o Mahmud Ahmdineyad. Si Ud. tiene el peor concepto posible de estos personajes tome en cuenta que quien se atreve a decir en voz alta que el Imperio está desnudo es acusado de dictador, terrorista o loco. O todas las anteriores.

Dicen que wikileaks mostró las costuras del Imperio y sacó sus trapitos al aire. Pero ya no exhibe trapos ni costuras porque está desnudo. Paradójicamente, si Ud. enciende el televisor encontrará agencias como CNN, Fox o sus antenas repetidoras (RCN, Globovisión…) negando la realidad. Se deshacen en alabanzas hacia el traje nuevo del Imperio. Un modelo diseñado a la medida del consenso planetario por los sastres de la Organización de las Naciones Unidas. Confeccionado en fino damasco “humanitario” destinado a salvar vidas de civiles inocentes.

El Imperio juega en un tablero de ajedrez que en lugar de enfrentar a dos bandos similares, genera contiendas de gigantes contra peones. Claro, siempre que tengan petróleo u otros botines no menos apetecibles. Este ajedrez mundial está formado por un Rey negro con cuatro reinas a su servicio que, junto a una corte de diez caballos, torres y alfiles serviles, conforman el “Consejo de Inseguridad” de la ONU. Las 177 piezas restantes son peones que hablan y votan en asamblea pero no deciden.

Hay reinas azules y reinas rojas, pero todas se arrodillan ante el dios negro del petróleo y el dios verde del dólar. Las reinas votan o se abstienen pero no vetan. Cada una tiene historia imperial pero hoy son apenas las patas y las pezuñas del Imperio desnudo. Constituyen, para decirlo en criollo, la “cúpula podrida” del planeta.

Resulta evidente que este ajedrez planetario no sólo es antidemocrático sino medieval. Con la aprobación de la resolución 1973 se disolvió de un plumazo la utopía del mundo multipolar. Los puntos cardinales desaparecieron y de pronto todos los caminos conducen a la guerra recolonialista de todos contra uno. Por ser súbditos de tercera categoría nadie escucha la opinión de los peones.

Pero el Imperio no sólo está desnudo, es en realidad una marioneta. Un puñado de criminales fanáticos manipula sus hilos desde la sombra. Habitan en una “tierra prometida” que se extiende desde EE.UU a Israel.

martes, 22 de marzo de 2011

La lección de Japón


El ser humano interviene la naturaleza para hacer más cómoda su estadía en el mundo. Pero en ocasiones la naturaleza interviene en la vida humana para forzarle a cambiar sus modos de estar en el mundo. El devastador terremoto y posterior Tsunami de Japón interpela la supuesta seguridad y ausencia de contaminación de la energía nuclear con fines pacíficos.

Si además de la destrucción causada por fenómenos de la naturaleza, el desarrollo industrial escogido nos expone a nuevas catástrofes, es tiempo de abandonar esa forma de desarrollo. La primera catástrofe es inevitable, la segunda no. Todavía no sabemos si Fukushima será un segundo Chernóbil o algo peor.

Greenpeace tiene décadas llamando la atención del mundo sobre el riesgo de la energía nuclear con fines bélicos o pacíficos. Aseguran que en otros países podrían ocurrir situaciones similares a la de Japón por causa de problemas técnicos o errores humanos. En Europa y EE.UU millones de ciudadanos tienen años demandado el cierre definitivo de todas las plantas nucleares. Ojalá que Japón sea una lección que detenga la construcción de nuevas instalaciones nucleares y precipite el cierre progresivo de las existentes.

Aplaudimos la reciente decisión del presidente Chávez de congelar los planes de desarrollo de la energía nuclear en Venezuela. Pero el mayor desafío planetario del futuro es sustituir todas las energías no renovables, contaminantes o peligrosas por energías alternativas a la nuclear y a los combustibles fósiles.

La energía nuclear nos expone al riesgo de derrames, explosiones, radioactividad y ni siquiera es renovable. Y lo que no es renovable no es sustentable en el futuro. Ya está demostrado que las energías alternativas pueden cubrir la demanda energética global. Entonces ¿Por qué no preferir y desarrollar energías limpias y renovables como la solar, la eólica o incluso la hidráulica?

La sustitución de las energías sucias es cuestión de tiempo. El mundo dejará de necesitar petróleo mucho antes de que se acabe y esto ocurrirá en algunas décadas. Implicará la renovación total del parque industrial mundial y, sobre todo, una revolución global del consumo.

El futuro de Venezuela pasa por no dormirnos en el océano de nuestras reservas petroleras. Pero tenemos otro desafío mayor: encontrar modos de vida y sustento alternos a la renta petrolera.

viernes, 18 de marzo de 2011

Universalismo vs. Eurocentrismo


Un compatriota que leyó el artículo “Iluminismo vs. Oscurantismo”, nos critica el “exceso de ingenuidad” de nuestro enfoque de La Ilustración. Asegura que el Iluminismo y todo el desarrollo filosófico europeo justificaron la colonización salvaje del mundo, incluída nuestra América. Agrega, entre otras cosas, que no es posible tener una actitud revolucionaria desde una visión Eurocentrista. Por tratarse de un debate que puede resultar de interés didáctico en esta Era Bicentenaria intentamos darle respuesta.

Es cierto que con el nacimiento de la modernidad europea surgió una visión de progreso bastante ingenua que los últimos dos siglos se encargaron de desmentir. Sin embargo fue Rousseau el primer escéptico del pensamiento de sus compañeros enciclopedistas, lo que le costó el rechazo y la persecución de sus contemporáneos.

Con todas las críticas que puedan hacérsele a los filósofos del S. XVIII se equivoca quien señale que esta corriente de pensamiento diverso justificó el colonialismo. Por el contrario, hombres como Montesquieu, Voltaire, Diderot y, sobre todo, Rousseau desmontaron con argumentos demoledores el poder “divino” y hereditario de los reyes; debilitaron el fanatismo terrorista de la Iglesia católica y engendraron los Derechos del Hombre y el Ciudadano. Fue la primera vez que las nociones de Libertad, Igualdad, Fraternidad y Justicia se elevaron a la condición de valores universales.

El pensamiento revolucionario de los iluministas proporcionó herramientas ideológicas para la Independencia de EEUU; la Revolución Francesa; la Independencia de Haití y de toda Nuestra América. Al leer a Miranda, Rodríguez o Bolívar vemos las luces de la Ilustración disolviendo la oscuridad que Europa inoculó en el “Nuevo Mundo”. Lo que no quiere decir que nuestros libertadores despreciaran las ideas nacidas o que puedan nacer en Nuestra América.

No es tiempo de enfoques "centristas", mucho menos aquel que nos recuerda que por 300 años fuimos colonia; sino de superar racismos y clasismos ideológicos para entender que si una idea es libertadora no importa en que lugar del mundo haya nacido o si surgió de la mente de un campesino autodidacta o en la de algún noble ilustrado. Mejor no lo pudo haber dicho Simón Rodríguez: "Tomen lo bueno, dejen lo malo, imiten con juicio y por lo que les falte INVENTEN".

martes, 8 de marzo de 2011

He aquí un ciudadano


Cuenta Rousseau que una espartana tenía cinco hijos en el ejército. Al llegar un ilota a la ciudad, la mujer, temblando de miedo, le pide noticias de la batalla.
- Tus cinco hijos han muerto.
- Vil esclavo, ¿te pregunté yo eso?
- Hemos alcanzado la victoria.
La madre corre hacia el templo y da gracias a los dioses. He aquí una ciudadana.

La conciencia de ciudadanía fue uno de los secretos del desarrollo político y cultural alcanzado por los griegos que hace 2.500 años inventaron la democracia y, en la mente de hombres como Platón, concibieron la idea de República como ideal de gobierno basado en el Bien Común.

Estos grandes inventores de la humanidad llamaron polis a sus patrias que tenían los límites de una ciudad y politis a sus ciudadanos. Para ellos “politizar” era sinónimo de “civilizar”, es decir, transformar hombres en ciudadanos. Por tanto, quien no mostraba interés por la política no se diferenciaba mucho de los animales. Es cierto que por entonces a los esclavos y a las mujeres no se les consideraba ciudadanos, pero resulta injusto achacarle a los griegos de hace dos milenios y medio una deuda que el mundo occidental no comenzó a saldar hasta hace apenas 200 años, en el caso de la esclavitud. Sin olvidar que el voto de la mujer en la mayoría de los países no fue alcanzado hasta el siglo XX y en otros todavía luchan por alcanzarlo.

Este ideal de ciudadano fue encarnado en Nuestra América por una generación de libertadores entre los que despuntan hombres como Miranda, Rodríguez y Bolívar. Conciencia que sólo puede ser transmitida siendo ejemplos vivientes de los ideales de Igualdad, Libertad y Fraternidad. Eso es lo único que puede transformar “masas” en Pueblo.

En su Discurso ante el Congreso que consolidó la unión de la Gran Colombia, el 3 de octubre de 1821, Bolívar dejará escrito para la posteridad el significado profundo del ser ciudadano: …no puede haber república donde el pueblo no está seguro del ejercicio de sus propias facultades. Un hombre como yo, es un ciudadano peligroso en un Gobierno popular; es una amenaza inmediata a la soberanía nacional. Yo quiero ser ciudadano, para ser libre y para que todos lo sean. Prefiero el título de ciudadano al de Libertador, porque éste emana de la guerra, aquél emana de las leyes. Cambiadme, Señor, todos mis dictados por el de buen ciudadano.